viernes, 15 de mayo de 2015

retazo

- Eres un idealista, Alan.
- Si, sin duda.
- Es bonito, pero te equivocas de época. Vivimos rodeados de cínicos, y uno mismo debe ser un cínico para salir adelante.
- No... no estoy de acuerdo. Mejor dicho, me niego a someterme a esa visión. De lo contrario, ya nada merece la pena. No puedo aceptar la idea de que mi vida se resume en trabajar con el único objetivo de pagarme la comida, el techo y algo de ocio. Estaría absolutamente vacía de sentido...



martes, 12 de mayo de 2015

“Aquel que apenas se sorprende y dice “es que yo he visto mucho”, en realidad lo que ha visto es poco”.

"... Tendemos a pensar que a más candados, más seguridad, y construimos nuestra vida en un espacio cerrado y bajo llave. Sin embargo, el ideal de seguridad es la ausencia de cerrojos. En lugar de trabajar por tener un buen sistema de seguridad, control y alarmas, quizás sería mejor hacerlo para lograr una vida de puertas abiertas que permita entrar las sorpresas. ¿Y si las cosas más bonitas aún no las hemos visto?

Es un error pensar que somos obras concluidas. Hacerlo es el principio del conformismo y de una existencia apagada: “yo es que soy así”, dirán. Cada vez sospecho más de aquellos que parecen muy seguros y cada vez admiro más a aquellos que saben decir sin esconderse “pues oye, no lo sé”. La seguridad es el traje favorito de la ignorancia. Aquel que apenas se sorprende y dice “es que yo he visto mucho”, en realidad lo que ha visto es poco. El mundo es demasiado grande para perder la capacidad de asombro.

Uno de los mayores síntomas de la búsqueda de seguridad es la obstinación por tener razón.Sin embargo, el mayor prodigio de nuestra mente no es tener razón, es ser capaces de cambiar de opinión o soportar la duda. Tener una mentalidad fija en un mundo cambiante es, cuanto menos, poco adaptativo. La grandeza de una persona no está en acertar, sino en aceptar el reto de crecer. Dar más importancia al aprendizaje que a nuestro ego supone un salto cualitativo, y un salto así nunca es al vacío."

La zona de inconfort. Pablo Arribas-.


lunes, 4 de mayo de 2015

vivir

Sin buscarlo, en el plazo de cuatro días conocí el lado vulnerable de muchas personas, mi alter ego se asombró de cuanto miedo común que hay a entregarse, a arriesgar, a perder, como si la vida fuera un ensayo (¿ensayo de qué, si después no hay obra?), como si equivocarse no fuera parte del plan. No sé que querés, ni por qué hacés lo que no querés, o lo que supones que querés o lo que sabés que no querés pero queres suponer que sí. No sé por qué abandonaste la búsqueda tampoco. No sé por qué ese miedo a amar como a morir, cooomo a morir! Ja! Como si fueran la misma cosa! Como si el amor no nos atravesara todos los días! Acatamos órdenes de la muerte, pero no así del amor? Es así de lógico? Vivir como si la única sensación de vértigo permitida en toooda tu vida fueran esos segundos previos a saber que todo se acaba... dejate de joder. Cambiá paradigmas. En tu laburo, con esa mina, con tu viejo. Cambiá. Reinventate. Apostá. Buscá hasta encontrar, pero no vas a encontrar sin arriesgar en el medio. Tomás algo, dejás algo. Así funciona. Hacé. Dejá de pensar y hacé. Solo eso. Hacé. Vivo y hablo para poder sostener lo mismo a los 70. La vida tiene caducidad, pero no así la contentura!

Carolina Composto