lunes, 4 de mayo de 2015

vivir

Sin buscarlo, en el plazo de cuatro días conocí el lado vulnerable de muchas personas, mi alter ego se asombró de cuanto miedo común que hay a entregarse, a arriesgar, a perder, como si la vida fuera un ensayo (¿ensayo de qué, si después no hay obra?), como si equivocarse no fuera parte del plan. No sé que querés, ni por qué hacés lo que no querés, o lo que supones que querés o lo que sabés que no querés pero queres suponer que sí. No sé por qué abandonaste la búsqueda tampoco. No sé por qué ese miedo a amar como a morir, cooomo a morir! Ja! Como si fueran la misma cosa! Como si el amor no nos atravesara todos los días! Acatamos órdenes de la muerte, pero no así del amor? Es así de lógico? Vivir como si la única sensación de vértigo permitida en toooda tu vida fueran esos segundos previos a saber que todo se acaba... dejate de joder. Cambiá paradigmas. En tu laburo, con esa mina, con tu viejo. Cambiá. Reinventate. Apostá. Buscá hasta encontrar, pero no vas a encontrar sin arriesgar en el medio. Tomás algo, dejás algo. Así funciona. Hacé. Dejá de pensar y hacé. Solo eso. Hacé. Vivo y hablo para poder sostener lo mismo a los 70. La vida tiene caducidad, pero no así la contentura!

Carolina Composto


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