martes, 12 de mayo de 2015

“Aquel que apenas se sorprende y dice “es que yo he visto mucho”, en realidad lo que ha visto es poco”.

"... Tendemos a pensar que a más candados, más seguridad, y construimos nuestra vida en un espacio cerrado y bajo llave. Sin embargo, el ideal de seguridad es la ausencia de cerrojos. En lugar de trabajar por tener un buen sistema de seguridad, control y alarmas, quizás sería mejor hacerlo para lograr una vida de puertas abiertas que permita entrar las sorpresas. ¿Y si las cosas más bonitas aún no las hemos visto?

Es un error pensar que somos obras concluidas. Hacerlo es el principio del conformismo y de una existencia apagada: “yo es que soy así”, dirán. Cada vez sospecho más de aquellos que parecen muy seguros y cada vez admiro más a aquellos que saben decir sin esconderse “pues oye, no lo sé”. La seguridad es el traje favorito de la ignorancia. Aquel que apenas se sorprende y dice “es que yo he visto mucho”, en realidad lo que ha visto es poco. El mundo es demasiado grande para perder la capacidad de asombro.

Uno de los mayores síntomas de la búsqueda de seguridad es la obstinación por tener razón.Sin embargo, el mayor prodigio de nuestra mente no es tener razón, es ser capaces de cambiar de opinión o soportar la duda. Tener una mentalidad fija en un mundo cambiante es, cuanto menos, poco adaptativo. La grandeza de una persona no está en acertar, sino en aceptar el reto de crecer. Dar más importancia al aprendizaje que a nuestro ego supone un salto cualitativo, y un salto así nunca es al vacío."

La zona de inconfort. Pablo Arribas-.


No hay comentarios:

Publicar un comentario